Llevaba mucho tiempo pensando en
hacer salmón marinado, ya que en casa nos gusta mucho el salmón ahumado y había
leído que de sabor queda bastante parecido. Así que nada más volver de
vacaciones, ni corta ni perezosa, haciendo la compra para llenar la despensa, vi
un lomo de salmón que decía “cómeme” así que me puse a ello.
He de decir que estoy contentísima
con el resultado. Muy bueno el sabor. Y extremadamente fácil ya que se cocina
él solito, sólo hay que respetar cantidades y esperar un día. La diferencia en
precio es muy notable también, sobre todo si se compra el salmón por mitades
(mejor la parte del cogote), ya que de esta forma puedes reducir a la mitad o
más el precio por kilo de este manjar.
Con pan tostado y tomate, con
ensaladas… ¡buenísimo!
SALMÓN MARINADO
*INGREDIENTES:
. un lomo de salmón fresco
. el mismo peso del salmón en sal
y azúcar (misma cantidad de sal que de azúcar).
Se le puede dar un toque a ahumado poniendo la el 50% del peso del salmón con un preparado que venden a tal efecto en mercadona y el resto del peso del pescado al 50% a su vez entre sal y azúcar.
. eneldo
*PREPARACIÓN:
1. Pediremos en la pescadería el
salmón para marinar, así nos prepararan el salmón en lomos, aunque será
recomendable limpiarlo de las partes más grasas y retirar todas las espinas.
Para ello las buscaremos con presionando con el dedo y las extraeremos con
ayuda de unas pinzas. No se debe de quitar la piel.
2. Una vez los lomos estén bien
limpios, prepararemos la marinada con sal y azúcar, mezclándola bien.
3. Cogemos un recipiente en el
que entre bien el pescado y ponemos una capa de la mezcla de sal y azúcar.
Luego colocamos el pescado con la piel hacia abajo, ponemos eneldo por el lado
de la carne y cubrimos con el resto de la mezcla. Tapamos con film y le ponemos
algo de peso (yo puse dos bricks de leche). Y al frigorífico.
4. Pasadas unas 24 horas sacamos
el salmón y lo lavamos con agua fría hasta quitar todos los restos de sal.
Secar bien y ya está listo para cortar. Si hemos hecho mucha cantidad podemos
congelarlo.
Para conservarlo, hacemos lonchas finas biseladas (como si fuera un fuet) y las metemos en un tupper con aceite de girasol al frigorífico.
Para conservarlo, hacemos lonchas finas biseladas (como si fuera un fuet) y las metemos en un tupper con aceite de girasol al frigorífico.
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